|
COMITÉ CIENTÍFICO
SCIENTIFIC BOARD
COMITÈ CIENTÍFIC
Daniel AGUIRRE
Harvard University
Selma ANCIRA
Traductora / investigadora
Montserrat BACARDÍ
Univ. Autònoma de Barcelona
Peter BUSH
University of East Anglia
Jean CANAVAGGIO
Université de Paris X
Ilide CARMIGNANI
Università di Pisa
Nora CATELLI
Universitat de Barcelona
Walter COSTA
Univ. Federal de Santa Catarina
Emilio CRESPO
Univ. Autónoma de Madrid
Cecilio GARRIGA
Univ. Autònoma de Barcelona
Teresa GARULO
Univ. Complutense de Madrid
María Teresa GRAMUGLIO
Universidad Nacional de Rosario
Universidad de Buenos Aires
Bertha GUTIÉRREZ RODILLA
Universidad de Salamanca
José Antonio MILLÁN
jamillan.com
Alfredo MICHEL MODENESSI
Univ. Nacional Autón. de México
Miguel Ángel MONTEZANTI
Univ. Nacional de La Plata
Andrea PAGNI
Universität Erlangen-Nürnberg
Mari Pepa PALOMERO
Centro Virtual Cervantes
Francesc PARCERISAS
Univ. Autònoma de Barcelona
Héctor PICCOLI
Universidad Nacional de Rosario
Jaume PÓRTULAS
Universitat de Barcelona
José Fco. RUIZ CASANOVA
Universitat Pompeu Fabra
Miguel SÁENZ
Univ. de Salamanca (Hon. causa)
Beatriz SARLO
Invest. principal - CONICET
Anne-Hélène SUÁREZ
Univ. Autònoma de Barcelona
Jaume SUBIRANA
Universitat Oberta de Catalunya
Fernando TODA
Universidad de Salamanca
Lluís Maria TODÓ
Universitat Pompeu Fabra
Óscar VELÁSQUEZ
Universidad de Chile
Juan Jesús ZARO
Universidad de Málaga
|
|
CASTELLANO
| ENGLISH | CATALà
Castellano
PRESENTACIóN
En 1611 aparecieron dos obras de gran importancia en sus respectivas
culturas: la versión de la Biblia realizada bajo los auspicios
del rey Jacobo I de Inglaterra, que habría de dejar una profunda
huella en la literatura inglesa, y el Tesoro de la lengua castellana
o española del capellán de Felipe II, Sebastián
de Covarrubias, el primer diccionario del castellano. También
en 1611 se incorporó a esta lengua la palabra traductor.
Sin embargo, esta fecha también merece ser recordada por otra
razón. En 1611 Johannes Fabricius publicó De maculis
in sole observatis, un opúsculo que afirmaba la existencia
de manchas en la superficie solar. A pesar de las observaciones chinas
y las menciones de algunos autores clásicos, en Occidente se
había impuesto a lo largo de los siglos la visión aristotélica
del Sol como un astro perfecto e inmóvil. El descubrimiento de
que, por el contrario, el Sol era imperfecto y se movía supuso
el fin de la idea de la incorruptibilidad de los cielos. Debido al fácil
traslado del ámbito de la física al de la teología,
dicha idea había adquirido la categoría de dogma de fe
y se consideraba que su refutación sacudiría los cimientos
mismos de la religión revelada.
También la traducción parece el vehículo destinado
a mostrar las oscuridades de lenguas y culturas. El antiguo y permanente
trasvase entre las culturas desmiente uno de los dogmas más implacables
desde el Romanticismo: la férrea creencia en el carácter
puro y original de las civilizaciones. La historia de la cultura es
una historia de traslados y apropiaciones, una afirmación permanente
de que las ideas, los relatos, los dioses, las visiones del mundo han
peregrinado de lugar en lugar y de lengua en lengua. Rastrear el inicio
es renegar de los mitos de origen porque, a menudo, lo que se encuentra
es una mancha imprecisa y probablemente traducida de alguna lengua ignota.
Y hay además —como reveló Walter Benjamin—
otras oscuridades en las lenguas mismas. El idioma, cada idioma, ese
astro perfecto e inmóvil, muestra su rostro oscuro cuando, en
manos de un traductor, debe convertirse en otro idioma. Se deshacen
así, hasta convertirse en polvo, la mansedumbre del hábito
verbal, la confianza en el instrumento, la certidumbre de que las palabras
pueden decirlo todo.
Las dos oscuridades, la de la historia, la de las lenguas, se escenifican
en los textos mayores y menores de una tradición cultural. Nuestra
voluntad como historiadores de la traducción es mostrar aquellos
escenarios relevantes del mundo hispánico. De su grave complejidad
dan cuenta precoces traducciones árabes del siglo IX; sorprendentes
trabajos filológicos hebreos del siglo X; maravillosas versiones
al castellano y catalán de la baja Edad Media; originales y rarísimos
traslados a las lenguas amerindias; polémicos documentos que
revelaban, a pesar de la férrea censura, las ideas revolucionarias
de la naciente modernidad; traducciones precisas y poéticas de
la actualidad.
Este mapa tiene también sus lados de sombra: textos perdidos,
censurados, destruidos, convertidos en procesos inquisitoriales, requisados,
quemados, transformados en relleno de encuadernaciones, ocultos, nunca
impresos, robados, olvidados. 1611 pretende aportar su esfuerzo
a la tarea de recuperar y divulgar todo lo que se pueda de esa extraordinaria
memoria cultural.
NORMAS DE PUBLICACIóN
1611 es una publicación de acceso abierto. La revista acepta contribuciones originales e inéditas. Los trabajos se enviarán en formato digital para su consideración por parte del comité evaluador a cualquiera de las siguientes direcciones electrónicas: anamaria.gargatagli@uab.es, mmarinlac@uoc.edu o gabriel.lopez@uab.es. El plazo de recepción finaliza el 15 de septiembre del año en curso. La extensión de los textos deberá oscilar entre las 6.000 y las 9.000 palabras. Todas las contribuciones se revisan externamente. Las colaboraciones se irán publicando a medida que sean aceptadas en un único número anual. Algunas de ellas se agruparán también temáticamente en la sección Escenarios. Los artículos deberán ir acompañados de un resumen de 150-200 palabras y de cuatro-ocho palabras clave (en la lengua del artículo y en inglés).
Los textos se presentarán en un archivo Word, con letra Verdana
10 e interlineado sencillo. Los párrafos deben separarse por
línea blanca y no se sangrarán. En caso de utilizarse
rayas y comillas, deberán ser guiones largos (alt-0151: —)
y comillas angulares (alt-174 y alt-175: «»). Las notas,
reducidas al mínimo, se añadirán manualmente (sin
utilizar la función de Word) al final del documento, con la llamada
de nota entre paréntesis y en negrita. Los libros se citarán
siguiendo el siguiente orden: autor, título (en cursiva), lugar,
editor, año y página(s) (p. o pp.), todo ello separado
por comas. En el caso de cita de artículos, el orden será el
siguiente: autor, título del artículo (entre comillas), nombre de la publicación (en cursiva),
número (seguido del año, entre paréntesis), página(s)
(sin mención de p. o pp.). Sólo cuando el orden alfabético
sea pertinente en la cita de una referencia bibliográfica (por
ejemplo, en una bibliografía, pero no en las notas al pie), el
nombre del autor se presentará con inversion de nombre y apellidos.
En este caso, además, el apellido del autor se escribirá
en mayúsculas, De ser necesarias fuentes tipográficas
especiales, se adjuntará al artículo un juego de dominio
público.
English
PRESENTATION
1611 saw the publication of two works which were of capital importance
in their respective cultures: the version of the Bible prepared under
the auspices of King James I of England which was to have such a profound
influence on English literature, and the first dictionary of Spanish,
the Tesoro de la lengua castellana o española, by Sebastián
de Covarrubias, chaplain to King Philip II. 1611 was also the year in
which the word traductor ('translator') was incorporated into
the Spanish language.
The date is memorable for another reason, however. In 1611 Johannes
Fabricius published De maculis in sole observatis, a pamphlet
in which he stated that there were spots on the surface of the sun.
Despite the observations made in China and the references of some classical
authors, throughout the centuries the West had upheld the Aristotelian
view of the Sun as a perfect and immovable heavenly body. The discovery
that, on the contrary, the Sun was imperfect and that it rotated marked
the demise of the notion of the incorruptibility of the heavens. Thank
to a smooth transition from the world of physics to theology, this idea
had acquired the status of a dogma of faith; to refute it, it was believed,
would shake the very foundations of revealed religion.
Translation also seemed to be the vehicle destined to cast light on
the darker reaches of languages and cultures. The age-old, constant
crossover between cultures gives the lie to one of the most implacable
dogmas since Romanticism: the staunch belief in the pure and original
nature of civilizations. The history of culture is a story of transfers
and appropriations, a permanent testimony to the fact that ideas, narratives,
gods and worldviews have migrated from place to place and language to
language. In following the trail back to the beginning, we are forced
to abandon origin myths because often what we find is a blurred trace,
one most likely translated from some unknown language.
Moreover, as Walter Benjamin pointed out, there are other obscurities
inherent in languages themselves. Language, each individual language,
is that perfect and immobile star whose dark side is revealed when,
in the hands of a translator, it is transformed into another language.
And the placidity of our verbal routine, our faith in the instrument
itself, and the certainty that everything can be expressed in words
— all crumbles into dust.
The twin obscurities of history and languages are played out in the
major and minor texts of a cultural tradition. As historians of translation,
our aim is to cast light on the relevant scenes of the Hispanic world.
Just how complex that world is can be gauged from its early 9th century
Arabic translations; its extraordinary 10th century Hebrew philological
works; its wonderful Castilian and Catalan versions from the late Middle
Ages; its rare and original transfers into the Amerindian languages;
its controversial documents which, despite Draconian censorship, revealed
the revolutionary ideas of an incipient modernity; precise and poetic
translations of their day.
This map also has its obscure areas: texts which have been lost, censored,
destroyed, put on trial by the Inquisition, confiscated, burned, transformed
into infill linings for the binding of books, hidden, never printed,
stolen or forgotten. The aim of 1611 is to assist in the task
of retrieving and disseminating as much as possible of that extraordinary
cultural memory.
GUIDELINES FOR CONTRIBUTORS
1611 is an open-source journal. The editors welcome original and previously unpublished contributions. These contributions should be submitted to the editors for peer reviewing at one of the following addresses: anamaria.gargatagli@uab.es, mmarinlac@uoc.edu
or gabriel.lopez@uab.es. The submission deadline is September 15th. Articles should be between 6,000-9,000 words. They will be published, as they are accepted, in a single annual number. Some of them will also be grouped thematically in the Scenes section. Articles should be accompanied by a summary of 150-200 words and by 4-8 keywords (in the language of the article and in English).
The article should be attached as a Word file, with the main body in
10-pt Verdana font and endnotes in 8-pt. The text should be double-spaced.
Paragraphs should be flush with the left margin and should be separated
by a single blank line. If dashes are used, these should be long dashes
(alt-0151: —). Notes should be added manually (without using the
Word notes function) at the end of the document, the note reference
number being given in bold in parenthesis. References should include
details of the author, the work in question (use italics in the case
of a book and inverted commas in the case of an article), place of publication,
name of publisher and year of publication, all separated by commas.
The name and surname(s) of the author should only be inverted in the
case of an alphabetically ordered bibliography. Where special fonts
are required, please attach a copy of the font(s) used to the e-mail
containing your article. Articles should also be accompanied by a brief summary in English.
Català
PRESENTACIÓ
El 1611 aparegueren dues obres d'una gran importància per
a les seves cultures respectives: la versió de la Bíblia
feta sota els auspicis del rei Jaume I d'Anglaterra, que havia
de deixar una profunda empremta en la literatura anglesa, i el Tesoro
de la lengua castellana o española del capellà de
Felip II, Sebastián de Covarrubias, el primer diccionari de castellà.
També és el 1611 que s'incorporà a aquesta
llengua la paraula traductor.
Amb tot, també cal recordar aquesta data per una altra raó.
El 1611 Johannes Fabricius publicà De maculis in sole observatis,
un opuscle que afirmava l'existència de taques a la superfície
solar. A desgrat de les observacions xineses i les mencions d'alguns
autors clàssics, a Occident s'havia imposat al llarg dels
segles la visió aristotèlica del Sol com un astre perfecte
i immòbil. El descobriment que, al contrari, el Sol era imperfecte
i es movia representà la fi de la idea de la incorruptibilitat
del cel. Fàcil de traslladar de l'àmbit de la física
al de la teologia, aquesta idea havia adquirit la categoria de dogma
de fe i es considerava que la seva refutació podia fer trontollar
els mateixos fonaments de la religió revelada.
També la traducció sembla el vehicle destinat a posar
de manifest les obscuritats de llengües i cultures. L'antic
i permanent transvasament entre les cultures desmenteix un dels dogmes
més implacables des del Romanticisme: la fèrria creença
en el caràcter pur i original de les civilitzacions. La història
de la cultura és una història de trasllats i d'apropiacions,
una afirmació permanent que les idees, els relats, els déus,
les visions del món han peregrinat d'un lloc a l'altre
i d'una llengua a l'altra. Rastrejar-ne el començament
és renegar dels mites d'origen perquè, sovint, hom
troba una taca imprecisa i probablement traduïda d'alguna
llengua ignota.
I, a més, hi ha —tal com revelà Walter Benjamin—
altres obscuritats en les llengües mateixes. L'idioma, cada
idioma, aquest astre perfecte i immòbil, mostra el costat fosc
quan, a les mans d'un traductor, ha de convertir-se en un altre
idioma. Així es desfan, fins a convertir-se en pols, la mansuetud
de l'hàbit verbal, la confiança en l'instrument,
la certesa que les paraules poden dir-ho tot.
Les dues obscuritats, la de la història, la de les llengües, s'escenifiquen tant en els textos principals i els menors d'una tradició cultural. La nostra voluntat com a historiadors de la traducció és mostrar els escenaris rellevants del món hispànic. Reten compte de la seva greu complexitat precoces traduccions àrabs del segle IX; sorprenents treballs filològics hebreus del segle X; meravelloses versions al castellà i al català
de la baixa edat mitjana; trasllats originals i raríssims a les llengües ameríndies; polèmics documents que revelaven, malgrat la fèrria censura, les idees revolucionàries de
la modernitat naixent; traduccions precises i poètiques d'avui dia.
Aquest mapa també té un costat tenebrós: textos
perduts, censurats, destruïts, convertits en processos inquisitorials,
requisats, cremats, transformats en farciment d'enquadernacions,
ocults, sense imprimir, robats, oblidats. 1611 pretén
aportar el seu esforç a la tasca de recuperar i divulgar tant
com es pugui aquesta memòria cultural extraordinària.
NORMES DE PUBLICACIÓ
1611 és una publicació d'accès obert. La revista acepta contribucions originals i inèdites. Cal enviar els treballs en format digital per a la seva consideració per part del comitè avaluador a qualsevol de les adreces electròniques següents: anamaria.gargatagli@uab.es, mmarinlac@uoc.edu o gabriel.lopez@uab.es. El termini de recepció finalitza el 15 de setembre de l'any en curs. L'extensió dels articles serà de 6.000-9.000 paraules. Totes les contribucions es revisen externament. Les col·laboracions s'aniran publicant, a mesura que siguin acceptades, en un únic número anual. Algunes d'elles s'agruparan també temàticament a la secció Escenaris. Els articles hauran d'anar acompanyats d'un resum de 150-200 paraules i de quatre-vuit paraules clau (en la llengua de l'article i en anglès).
Cal presentar els textos en un fitxer Word, amb lletra Verdana 10 i interlineat simple. Els paràgrafs han d'anar separats per una línia blanca i sense sagnar. Si es fan servir guions o cometes, han de ser guions llargs (alt-0151: —) i cometes angulars (alt-174 i alt-175: «»). Les notes, reduïdes al mínim, s'han d'afegir manualment (sense emprar la funció de Word) al final del document, amb la crida entre parèntesis i en negreta. Els llibres s'han de citar seguint l'ordre següent: autor, títol (en cursiva), lloc, editor, any i pàgines (p. o pp.), tot separat per comes. En el cas que es citin articles, l'ordre de citació és el següent: autor, títol de l'article (entre cometes), nom de la publicació (en cursiva), número (seguit de l'any, entre parèntesis), pàgines (sense indicar p. o pp.). Només quan l'ordre alfabètic sigui pertinent en la citació d'una referència bibliogràfica (per exemple, en una bibliografia, però no a les notes a peu de pàgina), cal escriure el nom de l'autor invertint el nom i els cognoms. En aquest cas, a més, cal escriure el cognom de l'autor en majúscules. Si s'han de fer servir fonts tipogràfiques especials, cal adjuntar-ne a l'article un joc de domini públic.
|
|