TRADUCCIÓN Y RECEPCIÓN DE LA OBRA DE FICCIÓN DE J. R. R. TOLKIEN EN ESPAÑA y AMÉRICA LATINA
Alicia García-Ferreras
Departamento de Traducción e Interpretación
Universidad de Málaga
2022
Recibido: 15 septiembre 2022
Aceptado: 22 noviembre 2022

Introducción

J. R. R. Tolkien es uno de los autores del género fantástico más celebrados por su trascendental contribución al desarrollo de esta forma literaria tal y como se concibe en la actualidad. No en vano, recibe el reconocimiento de escritores como G. R. R. Martin, creador de la saga A Song of Ice and Fire: «[h]e [Tolkien] made me love the form he created — epic fantasy. He redefined fantasy of everything that had been before» (Nissen, 2019). Por este motivo, Tolkien se sitúa como un novelista influyente del siglo XX: «[…] three major surveys of public opinion in Great Britain around the turn of the millennium placed him as the ‘author of the century’ or his book as the most popular work of English fiction» (James, 2012: 62). El notable éxito internacional que ha tenido, acentuado por el estreno de la trilogía cinematográfica de principios de la década del 2000, ha motivado que sus títulos no hayan dejado de imprimirse y que convivan en los catálogos editoriales con estudios sobre su biografía y su literatura aún casi setenta años después de que The Lord of the Rings viese la luz por primera vez. No obstante, los escritos del creador de la Tierra Media llegaron de forma más bien tardía a España y América Latina, donde se han publicado gradualmente y traducido de manera poco homogénea. En este artículo se elabora un catálogo de las traducciones de la obra de Tolkien al castellano, así como de las ediciones y reimpresiones que de ellas se han realizado, con el objetivo de examinar su recepción. Al recopilar los datos, entre los que se incluyen fechas, traductores y acontecimientos externos, se están empleando herramientas propias de los análisis que se han llevado a cabo en el ámbito de la historia de la traducción, facilitando así las futuras investigaciones en torno a la recepción de la literatura extranjera. Así pues, el estudio plasmado en estas páginas constituye una contribución a la todavía escasa bibliografía académica sobre la recepción de un autor británico que ha llegado a ocupar un lugar importante en el mundo editorial de habla hispana.


1. Contextualización

1.1 Introito a la Historia de la Traducción

A lo largo del tiempo, la actividad traductora se ha abordado desde diversas perspectivas que oscilan entre lo teórico y lo empírico y, si bien no existe un estudio histórico completo de la disciplina, son varios los teóricos que han tratado de señalar las etapas en las que se divide la historia de la traducción; no obstante, es tal la complejidad —tal vez lo inabarcable— de la tarea que se han seguido distintos criterios en ocasiones divergentes. Destaca, por ejemplo, el trabajo de Steiner (2013 [1975]: 272-274), quien distingue cuatro épocas que llegan hasta una «corriente moderna» marcada por los albores de la traducción automática a finales de 1940. Esta última convive con el enfoque que surge a comienzos de los años sesenta, cuando la traducción entra en contacto con otras disciplinas, entre las que se encuentra la investigación en torno a la recepción literaria. En su monografía Historia de la Traducción en España, Lafarga y Pegenaute recalcan la importancia de un estudio histórico de la traducción y las traducciones, en tanto que este «constituye una de las herramientas más eficaces de que disponemos para analizar contactos literarios a nivel intercultural» (Lafarga y Pegenaute, 2004: 12). Esto es así porque la traducción desempeña un papel fundamental en la interacción entre literaturas y, por ende, la información que se recaba de su análisis —relación de fechas, traductores, acontecimientos externos simultáneos al trasvase de las obras e incluso estrategias editoriales— constituye los cimientos sobre los que ha de fundamentarse todo trabajo que verse sobre la recepción de un autor proveniente de una cultura literaria extranjera.

En el presente artículo, que toma como base el estado de la cuestión anteriormente expuesto, se recopilan y cotejan una serie de datos relacionados con las traducciones al castellano con el fin de identificar la posición que han ocupado las obras de ficción de J. R. R. Tolkien en España y América Latina a lo largo del tiempo. Como punto de partida para este estudio, en el próximo apartado se perfila la trayectoria biográfica y literaria del autor británico para situar su obra en el contexto en el que se gestó y, a su vez, se analizan las limitaciones que tuvo el autor antes de alcanzar la notoriedad que atraería la atención de las casas editoriales de ámbito internacional.

1.2 Datos biográficos

John Ronald Reuel Tolkien nació en 1892 en Sudáfrica, país que abandonó en su primera infancia para regresar a Inglaterra. Quedó huérfano a una edad muy temprana y se crio bajo la tutela del párroco de origen español Francis Xavier Morgan Osborne, apenas citado en las obras sobre la vida de Tolkien pese a erigirse como uno de los «actores secundarios» de su biografía (Ferrández Bru, 2018: 5). En su libro El tío «Curro»: la conexión española de J. R. R. Tolkien (2018), Ferrández Bru esboza un detallado retrato de Morgan Osborne, así como de su familia materna, cuyos antecedentes se sitúan en el Puerto de Santamaría (Cádiz), y lo presenta como uno de los principales apoyos y referencias para el autor británico. Gracias a la ayuda económica que le brindó su tutor, Tolkien pudo formarse en la prestigiosa escuela King Edward’s, donde despertó su interés por la historia de las lenguas (Carpenter, 2021: 52-53). Posteriormente, estudió Filología Inglesa en Oxford, participó en la Primera Guerra Mundial y, a su regreso del frente, trabajó como lexicógrafo en el New English Dictionary. En 1920 inició su carrera docente como Lector en la Universidad de Leeds y cinco años después consiguió la Cátedra de Anglosajón en Oxford, donde impartiría inglés antiguo y, más adelante, lengua y literatura inglesas. Por aquella época, compaginaba su labor académica con la concepción de su mundo fantástico, que daría lugar a sus escritos relacionados con The Hobbit y The Lord of the Rings (Carpenter, 2021: 145). En realidad, la ficción de Tolkien bebe de las influencias de lenguas y textos literarios recibidos en su infancia: la lectura del Kalevala finés hizo que se percatase de que Inglaterra carecía de una mitología propia, descubrimiento que, unido a su afición por la creación lingüística, le sirvió de base para idear el quenya. La Tierra Media, el lugar en el que se desarrollan sus relatos, surgió como un mero escenario para dotar de vida al lenguaje inventado, pues este «necesitaba una "historia" que lo sostuviera» (Carpenter, 2021: 103). Tolkien jamás cesó en su empeño de completar esta compleja obra que, sin embargo, quedaría inconclusa a su muerte en 1973. Así pues, el autor dejó como legado una ingente cantidad de manuscritos que su hijo, Christopher Tolkien, se encargó de recopilar, editar y publicar.

1.3 Antecedentes del éxito internacional

El Hobbit, que vio la luz en 1937, constituye la primera publicación de Tolkien fuera del ámbito académico. Gracias al descomunal éxito que cosechó esta obra, la editorial Allen & Unwin instó al autor a embarcarse en una segunda parte. Así nació El Señor de los Anillos, aparecida en tres volúmenes entre 1954 y 1955. Aunque este último título logró vender más ejemplares que su predecesor, se topó con un número mayor de obstáculos (Hughes, 2004: 808): por una parte, el componente fantástico, que no había desentonado en una obra como El Hobbit, considerada literatura infantil, se recibió negativamente en El Señor de los Anillos, concebida en un tono solemne, a la manera de las novelas heroicas. En esta época, la estética de las obras se hallaba profundamente influida por F. R. Leavis, quien juzgaba la fantasía carente de significado. Asimismo, otros críticos como C. N. Manlove opinaban que el estilo de El Señor de los Anillos era pobre y alegórico (Hughes, 2004: 809-810). Por otra parte, Tolkien tampoco encontró apoyo entre los estudiosos de la literatura fantástica, puesto que su creación no encajaba en las definiciones del género imperantes; por ejemplo, Rosemary Jackson (1986: 2) consideraba que su ficción manifestaba una visión romántica, escapista y nostálgica. Todos estos juicios de carácter negativo convivieron con las reseñas que elogiaban la imaginación del autor, como las que publicó C. S. Lewis en Time & Tide (Carpenter, 2021: 274). El maremágnum de opiniones enfrentadas sembró la curiosidad entre los lectores ingleses, que se sintieron inclinados a adquirir la obra.

En octubre de 1954, El Señor de los Anillos viajó al otro lado del Atlántico bajo el sello editorial Houghton Mifflin. Si bien en un inicio las reseñas de W. H. Auden ayudaron a impulsar las ventas, en el territorio estadounidense también se dio una polarización entre defensores y detractores de la Tierra Media. A pesar de todo, los libros hallaron un ambiente propicio en esta sociedad, ya que armonizaban con el movimiento ecologista, en auge en aquel momento (Carpenter, 2021: 282). La popularidad de la novela experimentó un incremento significativo que se vio paradójicamente acentuado por la polémica que surgió en torno a la edición no autorizada de Ace Books. Este éxito sobresaliente captó la atención de numerosas editoriales extranjeras y el sello Allen & Unwin, que sería absorbido por HarperCollins en 1990, comenzó a vender los derechos para la traducción. Aunque El Hobbit y El Señor de los Anillos vieron la luz tempranamente en varios países de Europa, tardaron más de treinta y veinte años, respectivamente, en traducirse al castellano.

1.4 Los derechos para la traducción

En un inicio, la editorial argentina Fabril adquirió los derechos para la publicación de las obras de Tolkien en castellano y en 1964 presentó El hobito, cuya traducción firma Teresa Sánchez Cuevas. Tolkien leyó parte del trabajo de la traductora y, de hecho, se conserva una carta en la que juzgaba que el empleo de gnomos como equivalente de dwarves y Gnomes entrañaba confusión (Carpenter, 2006: 318). Presumiblemente, el autor tampoco se habría mostrado de acuerdo con el título del libro traducido, pues era contrario al trasvase de los nombres que había creado: «[i]n principle, I object as strongly as is possible to the ‘translation’ of the nomenclature at all (even by a competent person)» (Carpenter, 2006: 249-250). En su trabajo sobre las traducciones al español de antropónimos, topónimos y onomásticos en La feria de las vanidades, Rodríguez Espinosa (2022) señala que, en realidad, la decisión de volcar los nombres propios a la lengua meta «estará determinada en muchas ocasiones por la costumbre vigente en el momento de publicar la obra y por la capacidad del lector de percibir las características específicas de esos nombres» (Rodríguez-Espinosa, 2022: 190). En este sentido, Tolkien también duda sobre la estrategia que se habría de seguir, pues más adelante se percataría de lo inviable de su postura y aceptaría que se tradujesen los nombres con significado en inglés.

Debido a la escasa repercusión de El hobito y pese a la creciente popularidad de El Señor de los Anillos a nivel internacional, Fabril no editaría más títulos de Tolkien. Francisco Porrúa, fundador de la editorial argentina Minotauro (que debió irse del país por las circunstancias políticas que terminaron en el golpe de Estado de 1976), juzgaba cuanto menos extraño que esta última obra aún no se hubiese publicado en castellano y, aunque no se encontraba especialmente interesado, adquirió los derechos casi por azar en 1971 (González Férriz, 2005). Cuando Porrúa vendió Minotauro al Grupo Planeta, las obras de Tolkien siguieron editándose bajo este sello. Numerosos títulos del autor británico, impresos tanto en Buenos Aires como en Barcelona, también formaron parte de los catálogos de Planeta DeAgostini —colección Biblioteca Tolkien— y Círculo de Lectores, que reutilizaban las traducciones de las ediciones de Minotauro.


2. Historia de la traducción de Tolkien en España y América Latina

A continuación, se presenta una relación de títulos de libros, fechas, ediciones y reimpresiones, traductores, sellos editoriales y algunos factores externos que permiten trazar la historia de la publicación de las obras de Tolkien en España y América Latina y, de este modo, posibilitan examinar su recepción en los mercados editoriales de habla hispana. La recopilación comprende los textos de ficción, incluye los escritos póstumos y, si bien el estudio se enfoca en la lengua castellana, se les dedica un apartado a las traducciones al catalán, gallego, euskera y bable. Para obtener los datos sobre las ediciones y reimpresiones, se han consultado las siguientes fuentes: el perfil de Twitter y el sitio web del Grupo Planeta, la Base de datos de libros editados en España del ISBN, los catálogos en línea de la Biblioteca Nacional de Argentina, la Biblioteca Nacional de España y los de la Red de Bibliotecas de Castilla y León; las portadas de varios volúmenes y las fichas de información que ofrecen librerías como Casa del Libro y páginas como IberLibro, así como artículos de periódicos digitales.

Se han identificado 36 títulos de Tolkien traducidos al castellano. Asimismo, la búsqueda de obras del autor en el catálogo de la BNE arroja 215 entradas, mientras que la Base de datos del ISBN ofrece 133 resultados. Tras el cotejo de los datos recopilados en las distintas fuentes, se observa que el número de primeras ediciones y reediciones con ISBN único comprendidas entre 1978 y septiembre de 2022 asciende a 170, aproximadamente. En el trasvase al castellano han intervenido 18 traductores, entre los que destacan varios cuyo trabajo se ha editado y reimpreso en numerosas ocasiones. A estos profesionales se les reserva un apartado con el fin de visibilizar su labor protagonista en la recepción de las obras del autor británico en el mercado editorial de habla hispana.

2.1 Traducciones al castellano de títulos anteriores a 1973

2.1.1 El Señor de los Anillos

Tras adquirir los derechos para publicar las obras de Tolkien, el propio Porrúa se embarcó en la traducción de La comunidad del anillo [1954], que llevó a cabo bajo el pseudónimo de Luis Domènech. Posteriormente, colaboró con la traductora argentina Matilde Zagalsky, quien firmaba su trabajo como Matilde Horne, en el trasvase de Las dos torres [1954] y El retorno del rey [1955]. Su labor dio fruto en junio de 1977, momento en que se publicó en Buenos Aires de La comunidad del anillo en un tomo de bolsillo que se reeditaría en 1979, esta vez junto con Las dos torres. Ambos títulos volvieron a editarse en este país en 1984 y 1985, respectivamente, y en 1986 aparecieron nuevas ediciones a las que se sumó la primera de El retorno del rey. La comunidad del anillo no llegó a las librerías de España hasta mayo de 1978, un año después su aparición al otro lado del Atlántico, y los siguientes volúmenes se publicarían en noviembre de 1979 y abril de 1980, según la información que se refleja en las portadas de los libros. Cabe señalar que El Señor de los Anillos se publicó en coedición con Edhasa y se registró con el ISBN de este grupo editorial hasta 1985, momento en el que se contabilizan once reimpresiones de La comunidad del anillo, ocho de Las dos torres y cuatro de El retorno del rey. Por otra parte, los «Apéndices» que se habían incluido en el tercer tomo en inglés no vieron la luz hasta 1987 y 1988 en España y Argentina; estos textos se imprimieron de forma aislada y su traducción la firma Rubén Masera.

Ya en 1991, apareció una edición de bolsillo de los tres títulos —todavía sin el acompañamiento de los «Apéndices» completos— que presentó ilustraciones de John Howe en la cubierta hasta 2001 y 2002, cuando circulaban la 31ª reimpresión de La comunidad del anillo, la 30ª de El retorno del rey y la 22ª de Las dos torres. Asimismo, en 1993 (ed. impresa en Barcelona) y 1995 (ed. impresa en Buenos Aires), Minotauro añadió al catálogo una edición ilustrada por Alan Lee que reunía los tres títulos y los «Apéndices» en un único volumen; de esta se han encontrado veinte reimpresiones hasta 2011, una segunda edición de 2019 y una tercera que se anunció para julio de 2022 con motivo de la serie Los Anillos de Poder, esperada para septiembre de este mismo año. Por su lado, la edición de El Señor de los Anillos aparecida en 1978 pasó a imprimirse con un nuevo ISBN en 2001, tras la compra de la editorial de Porrúa por parte de Planeta, si bien se mantuvo vigente hasta finales de ese año. Para entonces, La comunidad del anillo, Las dos torres y El retorno del rey contaban con 43, 38 y 33 reimpresiones, respectivamente. El gigante editorial se hizo con el sello en el momento idóneo, pues la trilogía cinematográfica estrenada en 2001 fomentaría un aumento drástico de la popularidad de la obra al acercarla a un número importante de lectores hispanohablantes. De hecho, Daniel Cladera, responsable del área de derechos de Planeta en 2007 reveló para El País que las ventas de la obra rondaban los 500 000 ejemplares desde la compra de Minotauro (Collera, 2007); sin embargo, en otro artículo se afirmaba que se habían vendido un millón de ejemplares tan solo durante ese año (Lara, 2001).

En 2002 saldrían al mercado las nuevas ediciones de El Señor de los Anillos destinadas a reemplazar a la de 1978, que habría quedado descatalogada para ese momento. Además, la traducción fue parcialmente corregida para ajustarse a la segunda edición del original en inglés, revisada por Tolkien, puesto que incluye el nuevo prefacio escrito por el autor y se aplican los cambios que este llevó a cabo en varios pasajes. Las reimpresiones se suceden hasta 2011 en el caso de La comunidad del anillo y El retorno del rey (11ª y 8ª reimpresiones), mientras que de Las dos torres se han rastreado nueve hasta diciembre de 2010. A partir de 2001, el Grupo Planeta continuó actualizando su catálogo: en la edición de bolsillo de 1991, impresa tanto en Barcelona como en Buenos Aires, se daría un cambio en el diseño de la cubierta con motivo del estreno de la trilogía cinematográfica dirigida por Peter Jackson, pero en 2003 el sello recuperaría las obras artísticas de Howe. A comienzos de 2004 se publicó una edición de bolsillo que sustituía a la de 1991; no obstante, El retorno del rey había visto la luz previamente, en agosto de 2003, pues presentaba una diferencia sustancial respecto a la anterior edición, ya que incluía los «Apéndices» completos. Los tres tomos de esta edición se reimprimieron en dos ocasiones ese mismo año. Más adelante, en 2006, 2009 y 2013 se sumarían otras dos ediciones de bolsillo, esta vez pertenecientes a la colección Booket. De la primera, con ilustraciones de Howe, se han rastreado reimpresiones hasta marzo de 2007; la segunda, en la que participa el artista Alan Lee, se reimprimió en cuatro ocasiones hasta finales de 2010 (La comunidad del anillo) y en tres hasta marzo de ese mismo año (Las dos torres y El retorno del rey), mientras que la tercera cuenta con reimpresiones hasta 2021.

En 2006 también se imprimió una nueva edición en tapa dura —con el trabajo artístico de Howe y Nasmith— que, sin embargo, no reemplazó a la de 2002, pues esta última se incluyó en varios estuches que podían adquirirse al menos hasta 2007. En este caso, se han identificado dos reimpresiones de La comunidad del anillo hasta 2014 y una de El retorno del rey en 2010. A su vez, con motivo del sesenta aniversario de El Señor de los Anillos en 2015, Minotauro presentó una edición limitada que reunía los tres volúmenes en un estuche, en el que también figuraba El Señor de los Anillos: Guía de lectura, de Christina Scull y Wayne G. Hammond. Este último título reutilizaba las traducciones de Horne, Domènech y Masera para los extractos de los tres tomos y los «Apéndices», mientras que el trasvase del texto de Scull y Hammond lo llevaron a cabo Simon Saito, Martin Simonson, Nur Ferrante y José Elías Álamo. Recientemente, Minotauro ha querido aprovechar el estreno de la próxima serie de Amazon para resucitar y renovar las obras de Tolkien en su catálogo. Así pues, el sello anunció nuevas ediciones de La comunidad del anillo, Las dos torres y El retorno del rey para mayo y junio de 2022, además de la mencionada reedición del tomo ilustrado por Lee y de una edición Booket que salió a la venta en agosto de 2022 y que ya plasma en la portada fotogramas extraídos de la producción audiovisual.

Para concluir este apartado, se han de mencionar los tomos impresos bajo otros sellos: en 2002 (Barcelona) y 2007 (Buenos Aires), Planeta DeAgostini editó los tres tomos de El Señor de los Anillos —el primero se dividió en dos partes— y los «Apéndices». Los tres libros reproducen el texto de la edición de 1978 con algunos cambios, fruto de una revisión de las traducciones, mientras que los «Apéndices» son distintos de los aparecidos en 1987, por lo que posiblemente se tomasen de la edición de 1993. Por otra parte, Círculo de Lectores imprimió ediciones de los tres títulos en Bogotá en 1981, a las que se suman las dos primeras ediciones que aparecieron bajo este sello en España en 1980 y 1983 y que reunían La comunidad del anillo, Las dos torres y El retorno del rey en un único volumen sin «Apéndices», los cuales llegaron como un tomo independiente en el año 2000. En 2001 el sello añadió al catálogo otra edición similar y, ya en 2002, vieron la luz los tres libros y los «Apéndices» por separado. Por último, cabe mencionar la edición aparecida en Cuba en 1990 de la mano de la casa Gente Nueva.

2.1.2 El Hobbit

La segunda edición de El Hobbit en castellano vino de la mano del traductor Manuel Figueroa en 1982 y cuenta con dos reimpresiones —denominadas ediciones en la portada de los libros— ese mismo año y un total de once hasta que, a finales de 1988, vio la luz una segunda edición como tal que subsanaba errores en el texto y que estuvo circulando hasta su 25ª reimpresión en 2002. A su vez, en 1984 se imprimió una edición en Buenos Aires, la cual presenta cuatro reimpresiones hasta 1991. Por otra parte, en 1990 Minotauro añadió al catálogo El Hobbit anotado [1988], editado por Douglas A. Anderson, título que reutilizaba la traducción de Figueroa y añadía el trabajo de Rubén Masera, quien se encargó del trasvase de las notas. Este volumen se reimprimió en 1993 y se reeditó en 2006 —edición revisada y ampliada—, 2019 y 2021. En 1991 llegó a las librerías de España el primer Hobbit de bolsillo, cuyo formato acompañaba a los volúmenes de El Señor de los Anillos publicados ese mismo año en Barcelona, del que se han rastreado unas 34 reimpresiones hasta 2004. Por otra parte, la primera edición argentina de bolsillo vio la luz en 2002 y contó con unas 15 reimpresiones hasta 2004. En este país también se imprimió una edición en tapa blanda en 1993, que se reeditaría en 1995. Más adelante, en 1997 y 2003, se sumaron ediciones ilustradas de El Hobbit: la primera, en la que participa el artista Alan Lee, consta de una reimpresión en 2011 y la segunda, que incluye bocetos de Tolkien, se reimprimió en cuatro ocasiones hasta octubre de 2004.

Con el estreno de los filmes de El Señor de los Anillos en 2002, el Grupo Planeta presentó una nueva edición en tapa dura que sustituyó a la de 1982 y de la que se contabilizan doce reimpresiones hasta 2011. Por su parte, la primera edición Booket, que sustituía a la de 1991, apareció en 2004 y cuenta con reediciones en 2006 y 2009; de esta última se han encontrado siete reimpresiones hasta 2011, año en el que Minotauro esperaba añadir nuevas ediciones de bolsillo y en tapa dura para aprovechar la próxima llegada de la película El hobbit: un viaje inesperado. En 2007 salió a la venta una edición especial para celebrar los sesenta años de la publicación de El Hobbit y en 2012 apareció un volumen de naturaleza similar con motivo del setenta y cinco aniversario. Las fechas sugieren un intento por aprovechar la popularidad de la trilogía cinematográfica (2011-2013) para aumentar las ventas; de hecho, en 2013 se suman otra edición de lujo y un estuche de minilibros que también incluía otros cuentos del autor. Por otro lado, la edición Booket que sustituía a la de 2009 se sumó al catálogo de Minotauro en 2012. Esta plasmaba en la cubierta una imagen de la primera película, recientemente estrenada por aquel entonces, y de ella se contabilizan veintiuna reimpresiones hasta 2021. Nuevos volúmenes con fotogramas del segundo y tercer filme —con distinto ISBN— podrían adquirirse desde 2013 (sin reimpresión) y 2014 (reimpreso en 2017). Finalmente, en marzo de 2022, Minotauro publicó una nueva edición de El Hobbit en tapa dura que acompañaba a los tomos de El Señor de los Anillos anunciados para abril y mayo.

En cuanto a la edición de El Hobbit de Planeta DeAgostini, se ha encontrado que esta salió a la venta en mayo de 2002, mientras que las pertenecientes a Círculo de Lectores lo hicieron en 1983 y 2002 y, en el caso de la edición argentina, en 1984. A estos sellos se suman Gente Nueva, de Cuba, que publicó el título en 1989, y Timun Mas Narrativa, que en 2013 añadió a su catálogo un Hobbit ilustrado por Jemima Catlin, con reedición en 2020.

2.1.3 Cuentos y poemas

En 1981 se volcaron al castellano tres obras menores de Tolkien que no guardan relación con la Tierra Media: Egidio, el granjero de Ham [1949], El herrero de Wootton Mayor [1967] y Hoja de Niggle [1945]. La traducción de estos relatos, publicados por primera vez en un único volumen, la firman Julio César Santoyo y José María Santamaría. Esta edición compartió ISBN con la primera del Hobbit (1982) durante cinco reimpresiones hasta 1985, cuando ya se registró con un identificador propio, y de ella se contabilizan dieciséis reimpresiones hasta 1992. A su vez, Minotauro añadió al catálogo una segunda edición en 1996, reimpresa en cuatro ocasiones hasta 2002. Egidio se editó en 1994 en un tomo independiente que cuenta con cuatro reimpresiones hasta 2001 y que, además, comparte ISBN con una reedición encuadernada en tela aparecida ese mismo año. Paralelamente, apareció una edición del Herrero, también reeditada con el mismo ISBN y con reimpresión en 1997. Por su parte, se ha encontrado una edición de Egidio aparecida en 1984 y otra de 1988 que incluye los tres textos, ambas publicadas en Argentina. Planeta DeAgostini imprimió los tres cuentos mencionados en el volumen Relatos, que reproduce la edición de 1996, en septiembre de 2002 (Barcelona) y noviembre de 2007 (Buenos Aires). Asimismo, Círculo de Lectores presentó su edición de Egidio en 2001, con reimpresión en 2002.

Por otra parte, la primera edición de Las aventuras de Tom Bombadil [1962], una colección de textos en verso, no llegó a las librerías hasta 2005, más de cuarenta años después que el original. En 2006 y 2010 se sumaron ediciones revisadas que se señalaron en las portadas de los volúmenes como segunda y tercera impresión. Este último título constituye un caso bastante peculiar, pues numerosas personas intervinieron en su traducción: se conocen los nombres de Lucía Adámoli, Alejandro Cosentino, Josu Gómez, Alejandro González, Hernán González, Ana Leal, Alejandro Murgia, Pedro Rincón, Diego Seguí y José Tarragó. Se sabe, además, que todos eran miembros de la «Lista de Correo Tolkien en español», que reunía a entusiastas de la obra de Tolkien de España y América Latina. La investigadora Moreno Paz (2019, 122) contactó en 2015 con Hernán González, quien afirmó que llevó a cabo la tarea como aficionado de la obra de Tolkien, pues no contaba con formación en el ámbito de las letras; no obstante, explicó que otros compañeros sí pertenecían a esta área del saber.

2.2 Traducciones al castellano de títulos póstumos

El grueso de la producción literaria de Tolkien salió a la luz de forma póstuma gracias a la actividad editora de Christopher Tolkien, cuyo objetivo era arrojar luz sobre la obra de su padre. Su labor de reescritura de la obra de ficción dio comienzo con El Silmarillion en 1977 y vio su fin con The Fall of Gondolin en 2018. Durante ese lapso, editó más de veinte volúmenes plagados de paratextos, normalmente prólogos y comentarios, en los que explicaba su interpretación de los manuscritos originales.

2.2.1 Reescrituras

Trabajar sobre la obra de otro autor es una tarea que entraña una inevitable subjetividad, ya que Christopher Tolkien hubo de tomar ciertas decisiones referentes a qué incluir, qué omitir y de qué manera hacerlo. En este punto, cabe citar a André Lefevere (1997) para hablar de reescritura, entendida como un proceso que necesariamente implica cierta manipulación, consciente o inconsciente, de los textos originales. Así pues, la importancia de las reescrituras radica en que «para quienes no son capaces de leer el original, las interpretaciones vienen a convertirse, casi literalmente, en la obra» (Lefevere, 1997: 61). Este es el caso de las publicaciones póstumas de Tolkien, puesto que en sus páginas las decisiones del editor se entretejen con las intenciones del autor de manera que resulta imposible discernir unas de otras. De hecho, numerosos lectores asumen equivocadamente que la interferencia de Christopher Tolkien en la creación de su padre es insignificante (Kane, 2011: 24).

2.2.2 El Silmarillion

La primera edición de El Silmarillion [1977] se publicó en 1984 en traducción de Luis Domènech y Rubén Masera, y se reimprimió en catorce ocasiones hasta 1993. Posteriormente, se vería sustituida por la edición de 1986, que cuenta con diez reimpresiones hasta 1998. A su vez, en 1985 llegaría a las librerías una edición argentina en tapa flexible. Se observa que, si bien la aparición del original y el trasvase al castellano se encuentran todavía distanciados en el tiempo, el lapso ya no supera la década. De este aspecto se deduce que los títulos de Tolkien habían logrado cierta rentabilidad, incluso si todavía no se habían estrenado las películas. Más adelante, en 1993, vio la luz una edición de bolsillo, reimpresa en veintidós ocasiones hasta 2004, con un diseño de cubierta parejo a los volúmenes de 1991 y 2004 de El Señor de los Anillos y al Hobbit de 1991. Así pues, se comprueba que Minotauro muestra cierto empeño por homogeneizar el formato de sus libros, tal vez para atraer a los lectores coleccionistas. De hecho, años más tarde, en 1998, se sumó al catálogo una edición ilustrada por Nasmith, que acompaña a los volúmenes de 1997 y 1993 de El Hobbit y El Señor de los Anillos; de esta última se han identificado cuatro reimpresiones hasta 2002, momento en el que Minotauro añadió una edición —que se correspondía con las de las obras mayores que comenzaron a circular ese mismo año— de la que se contabilizan quince reimpresiones hasta 2015. Posteriormente, en 2006, apareció una edición Booket. Esta colección cuenta con otra edición de 2009, de la que se han hallado veintiuna reimpresiones hasta marzo de 2022, y con una tercera aparecida en 2010. En 2017 se presentó una tirada especial con motivo del cuarenta aniversario del original y en 2019, otra edición ilustrada por Ted Nasmith. Asimismo, Minotauro aprovechó la proximidad de la serie de Amazon para anunciar un Silmarillion que vería la luz en abril de 2022, junto a los libros de El Hobbit y El Señor de los Anillos, y también se dio noticia de una nueva edición revisada en rústica para septiembre de 2022. Por otra parte, Planeta DeAgostini editó El Silmarillion en mayo de 2002, mientras que Círculo de Lectores imprimió ediciones en 1990 y 2002.

2.2.3 Cuentos inconclusos

Cuentos inconclusos de Númenor y la Tierra Media [1980], editado por Christopher Tolkien, se publicó en tres tomos traducidos por Rubén Masera. El primero salió a la venta en diciembre de 1988 y cambió la ilustración de la cubierta en la reimpresión de enero de 1989, mientras que los dos libros siguientes conservaron este último diseño cuando llegaron a las librerías en junio y diciembre de ese mismo año. Si bien la primera parte contó con cinco reimpresiones hasta 1991, la segunda se reimprimió únicamente en 1990 y de la tercera no se han encontrado reimpresiones. Por su parte, una edición argentina en tres volúmenes apareció entre 1989 y 1991. A finales de 1990 se sumó una edición que reunía los tres tomos en un único volumen, reimpreso en 1992 y 1995, y años más tarde, en 1997, vio la luz el título en tapa blanda, que presenta dieciséis reimpresiones hasta 2016. Se ha encontrado, a su vez, otra edición impresa en Buenos Aires en 2014. Las ediciones más recientes son la de Booket de 2017, la impresa en 2021 con motivo del cuarenta aniversario del título, la de abril de 2022 y la revisada en rústica anunciada para septiembre de este mismo año. Asimismo, Círculo de Lectores publicó la obra en 2001 y Planeta DeAgostini, en 2002.

2.2.4 Historia de la Tierra Media e Historia del Señor de los Anillos

Las colecciones Historia de la Tierra Media e Historia de El Señor de los Anillos, ambas editadas por Christopher Tolkien, estudian el proceso creativo y la mitología del autor, así como la composición de El Señor de los Anillos. Los nueve volúmenes que conforman la primera se tradujeron al castellano entre 1990 y 2002 y su publicación se intercaló con los cuatro tomos de la segunda. Es interesante señalar que las únicas lenguas hacia las que se han traducido todos estos libros son el castellano y el francés. Así pues, el primer tomo, El libro de los cuentos perdidos 1 [1983], llegó en 1990 en traducción del argentino Rubén Masera. A partir de la tercera reimpresión se cambió el diseño de la cubierta, con el que se dieron otras cuatro reimpresiones hasta 1999. Pese a tratarse de la misma edición, en 2002 Minotauro modificó de nuevo la presentación del libro y con esta última se contabilizan cinco reimpresiones hasta 2007. Más adelante, en 1991 salió al mercado El libro de los cuentos perdidos 2 [1984], cuya traducción firma Teresa Gottlieb. Al igual que el título anterior, contó con tres ilustraciones distintas en la cubierta, pero, en este caso, la primera reimpresión presentaba ya la segunda, que se mantuvo hasta la tercera en 1999; tras alterarse de nuevo en 2001, parece haberse reimpreso en nueve ocasiones hasta 2013.

Después de que estos dos títulos viesen la luz en castellano, Minotauro comenzó a publicar Historia del Señor de los Anillos, la serie de libros que, sin embargo, había aparecido en inglés tras el quinto volumen de Historia de la Tierra Media, todavía sin traducción. Cabe pensar que, con esta decisión, el sello pretendía subsanar el escaso éxito de la colección y recuperar la atención de los lectores interesados en consumir material relacionado con la obra más popular. De este modo, El retorno de la sombra [1988], cuya traducción también llevó a cabo Teresa Gottlieb, llegó a las librerías en 1993 con dos diseños de cubierta distintos y se reimprimió en cuatro ocasiones hasta 2012. En 1994 Minotauro sumó al catálogo La traición de Isengard [1989], el segundo volumen de Historia del Señor de los Anillos. La edición, traducida por Elías Sarhan, presentaba dos ilustraciones de cubierta distintas, al igual que los libros que la precedían, pero no contó con ninguna reimpresión. El tercer título de la colección, La Guerra del Anillo [1990], salió a la venta en 1996 también en traducción de Sarhan, con revisión de la traductora española Estela Gutiérrez. En este caso, la distribución de las cubiertas no queda tan clara, pues los tomos que muestran la segunda ilustración aparecen etiquetados simplemente como primeras ediciones y carecen de información sobre la sucesión de reimpresiones.

Aunque Historia del Señor de los Anillos se editó de manera continuada en inglés, en este punto Minotauro interrumpe su publicación para regresar a Historia de la Tierra Media. El tercer volumen de esta colección, Las baladas de Beleriand [1985], apareció en 1997 —ya con un único diseño de cubierta— y de su traducción se encargó Ramón Ibero. Simultáneamente llegó a las librerías El fin de la tercera edad, el siguiente título de Historia del Señor de los Anillos, de nuevo de la mano del traductor Elías Sarhan con revisión de Estela Gutiérrez; la obra incluía la primera parte del original Sauron Defeated [1992], que Minotauro decidió dividir en dos volúmenes: este primero contó con un único diseño de cubierta que se reimprimió en 2002, mientras que el segundo —La caída de Númenor— no se tradujo hasta el año 2000, como parte de Historia de la Tierra Media. Seguidamente, en 1998 vio la luz el siguiente tomo de Historia de la Tierra MediaLa formación de la Tierra Media [1986]— también traducido por Sarhan con revisión de Gutiérrez, reimpreso únicamente en 2002. En 1999 se publicó El camino perdido y otros escritos [1987], cuya traducción se le encargó a Estela Gutiérrez, que consta de una reimpresión en 2007. Gutiérrez también firmó las traducciones de la mencionada La caída de Númenor y El anillo de Morgoth [1993], ambas aparecidas en el año 2000, así como de La Guerra de las Joyas [1994] y Los pueblos de la Tierra Media [1996], que se sumaron al catálogo de Minotauro en 2002.

Planeta DeAgostini publicó estas dos colecciones, a excepción de los libros de La Guerra de las Joyas y Los pueblos de la Tierra Media, a lo largo de 2002 en España y entre 2007 y 2008 en Argentina. Por su parte, las ediciones de El libro de los cuentos perdidos 1 y 2 de Círculo de Lectores vieron la luz en 1999. Este sello sumó a su catálogo Las baladas de Beleriand en 2004, pero, a diferencia de lo que venía haciendo hasta el momento, no imprimió los últimos tomos mencionados; de hecho, dejó de publicar los títulos de Tolkien hasta la llegada de Los hijos de Húrin en 2007. Para finalizar, cabe destacar que ambas colecciones se encuentran descatalogadas en la actualidad. Esta ausencia de nuevas ediciones indica que generaron un interés menor que otras obras del autor, probablemente debido a la complejidad que las caracteriza: «[t]ambién es innegable que la presentación de los textos en los volúmenes de La Historia de la Tierra Media puede provocar rechazo» (C. Tolkien, 2018: 18).

2.2.5 Leyendas principales

Los hijos de Húrin se publicó en 2007, el mismo año en que apareció el libro en inglés. La traducción al castellano, que corrió a cargo de Estela Gutiérrez y contó con la revisión de Carme López, consta de cinco reimpresiones hasta mayo de 2007. A lo largo de ese mismo año, Minotauro sumó a su biblioteca dos ediciones de lujo, además de una edición en tapa blanda impresa en Buenos Aires. Por su parte, la edición en tapa blanda llegó a España en 2009 y de ella se ha hallado una reimpresión de 2010. Se han identificado, a su vez, una edición de bolsillo de 2008 y otra en tapa blanda de 2014, ambas impresas en Argentina. Más recientemente, en 2019, se presentó otra edición con un formato que acompaña al de los títulos mencionados a continuación, lo que pone de relieve la ya mencionada estrategia de Minotauro, que opta por homogeneizar su catálogo de obras de Tolkien, siguiendo, además, los originales de HarperCollins. Por su parte, Círculo de Lectores sacó al mercado Los hijos de Húrin también en 2007 y, a partir de este momento, el sello no editaría más obras de Tolkien.

En 2018 y 2019, vieron la luz las últimas obras editadas por Christopher Tolkien: Beren y Lúthien [2017] y La Caída de Gondolin [2018]. Dado que constituyen recopilaciones de textos ya incluidos en los tomos de Historia de la Tierra Media, Minotauro reutilizó aquí las traducciones existentes, mientras que Martin Simonson llevó a cabo el trasvase al castellano de los paratextos que no aparecían en títulos anteriores. Se ha observado que en 2020 y 2021 se imprimieron ediciones Booket de ambos libros.

2.2.6 Cuentos infantiles, poemas y otras obras

Las cartas de Papá Noel [1976] fue el primer escrito póstumo de Tolkien que vio la luz en castellano, publicado en 1983. Manuel Figueroa, quien había trabajado un año antes en El Hobbit, se encargó también de la traducción de este título, reeditado en 1986, 1994 y 1995. Además, en 2006 salió al mercado otra edición, esta vez bajo el sello El Aleph y en traducción de Ana Mata. Martin Simonson llevó a cabo una retraducción para Minotauro en 2019, la cual se reutilizó en la edición especial de 2020. Posteriormente, en 1984, apareció El señor Bliss [1982], de cuyo trasvase al castellano se encargó Masera y más adelante, en 1998, el sello sumó al catálogo el relato Roverandom [1995], editado por Christina Scull y Wayne G. Hammond; traducida por Ramón Ibero y Luis Domènech, esta última edición se reimprimió únicamente en 2002.

En 2009 llegaron a las librerías la antología de relatos Cuentos desde el Reino Peligroso [1997] y La leyenda de Sigurd y Gudrún [2009]. El primero, que incluía las traducciones de Roverandom, Egidio, Las aventuras de Tom Bombadil, el Herrero y Hoja de Niggle previamente publicadas, cuenta con una edición Booket que salió a la venta en 2010, mientras que el libro en tapa dura apareció en septiembre de 2022; también se ha identificado una edición argentina fechada en 2014. El segundo título, traducido por Rafael Marín, incluye composiciones que evidencian el profundo interés de Tolkien por las Eddas nórdicas y, si bien esta edición no contó con reimpresiones, Minotauro anunció una nueva para octubre de 2022. Por su parte, en 2010 se publicó el poema La última canción de Bilbo [1990], cuyo trasvase llevó a cabo Manuel Mata, y en 2013 apareció La caída de Arturo [2013] en traducción de Segura y Rafael J. Pascual. Asimismo, en 2016 vio la luz La historia de Kullervo [2015], cuyo trasvase firma Martin Simonson. Junto con la mencionada nueva edición de Sigurd y Gudrún, Minotauro daría noticia de la reedición de La caída de Arturo y La historia de Kullervo para octubre y noviembre de 2022, respectivamente.

Por último, en marzo de 2022 se publicó La naturaleza de la Tierra Media [2021], editado por Carl F. Hostetter. Este volumen contiene una revisión de textos aparecidos anteriormente, además de varios escritos inéditos; la traducción de estos últimos la firma Martin Simonson, mientras que para los fragmentos ya conocidos se reutilizaron las de Rubén Masera, Estela Gutiérrez, Elías Sarhan y Ramón Ibero. Moreno Paz consultó a Minotauro a propósito de esta tendencia a reutilizar las traducciones y obtuvo la siguiente respuesta:

Las traducciones se han ido revisando, puliendo en cada edición según las novedades que han surgido para que la edición fuera lo más fiel posible a los escritos de Tolkien, que escribió versiones de las versiones de las versiones (Moreno Paz, 2019: 123).

Pese a todo, parece que las revisiones son más bien someras, pues numerosos aficionados de la obra de Tolkien han debatido sobre ciertos errores que se perciben incluso en las ediciones más recientes.

2.3 Traducciones a otras lenguas de España

Si bien casi todos los títulos de Tolkien se han editado en castellano, tan solo los volúmenes más celebrados cuentan con traducciones a las lenguas oficiales del territorio español, así como al bable y al aragonés. El primer Hòbbit en catalán llegó en 1983 bajo el sello editorial La Magrana y en traducción de Francesc Parcerisas. En 1993 esta misma casa añadió al catálogo una edición en rústica que presenta una reedición en 2012. Parcerisas también firmó el trasvase de los tomos de El Senyor dels Anells publicados por Vicens Vives en 1986, 1987 y 1988 y reeditados en 2002, año en el que también apareció una edición en un único volumen. A su vez, en 1988 vio la luz El ferrer de Wooton Major i La fulla d’en Niggle, traducido por Jordi Arbonès en edición de Edhasa, y ese mismo año salió al mercado Gil el pagès de Ham, cuya traducción firma Carles Llorach. Ambas obras cuentan con una edición de Proa en 1999 y 1995, respectivamente. Asimismo, Dolors Udina tradujo El Silmaríl·lion para este último sello en 1991. El trabajo de Udina se reutilizó en la reedición de 1996, así como en la edición de Empúries de 2001, en la de 2010 de Estrella Polar y en la de 2021 de G62 Fanbooks. Esta traductora también realizó el trasvase al catalán de Contes inacabats de Númenor i la Terra Mitjana, que Proa sacó a la venta en 1994 y reeditó en 2003, y de Els fills d’en Húrin, impreso por Columna Edicions en 2007. Por último, en 1998 Empúries sumó a su biblioteca Roverandom, en traducción de David Carabén, y en 2006 presentó una edición de Cartes del Pare Noel de la mano del traductor Jordi Ferré.

En cuanto al gallego, en 1999 Edicións Xerais publicó O Hobbit, cuyo trasvase se le encargó a Moisés Rodríguez Barcia. Este traductor trabajó en los volúmenes de O Señor dos Aneis, que vieron la luz en 2001 y 2002 también como parte del catálogo de Edicións Xerais. En 2018, Sushi Books imprimió ediciones de ambas obras en las que se reutilizaban las traducciones de Rodríguez Barcia.

La primera edición de Tolkien en euskera, Giles, hameko nekazaria, salió al mercado en 1995 bajo el sello Desclée de Brouwer y en traducción de Idoia Gillenea. Xabier Olarra y Sergio Ibarrola Goñi se encargaron del trasvase de Hobbita, que la editorial Igela Argitaletxea publicó en 2008; de este título se ha identificado, además, una edición de 2012. Por último, en 2002 y 2003 aparecieron los tres tomos de El Señor de los Anillos bajo el sello Txalaparta, con la firma del traductor Agustín Otsoa Eribeko.

El Hobbit y El Señor de los Anillos se han traducido recientemente al bable. En 2014 Terrier incorporó a su catálogo El Hobbit: allá y vuelta de nuevu, cuyo trasvase se les encargó a Miguel Gallego Gómez y Andrés Fernández Llorián. Por su parte, La sociedá del aniellu vio la luz en 2021 como parte de la biblioteca de Ediciones Trabe y en traducción de Nicolás Bardio. Para finalizar, cabe mencionar la más antigua edición en aragonés de Chil, o torrero de Ham, publicada en 1993 por la editorial Gara, que cuenta con Chusé Aragüés como traductor.

2.4 Resultados

La Figura 1 muestra la relación de fechas de publicación de los títulos en inglés y castellano a lo largo de las décadas. Se observa que, si bien en un comienzo las obras se traducían años más tarde, en la actualidad aparecen casi a la par en ambas lenguas. Asimismo, se ha comprobado que Minotauro tiende a dividir algunos tomos, lo que da lugar a un volumen mayor:

Figura 1. Comparación de la publicación de obras de ficción de Tolkien en inglés y castellano

Los datos reflejados en el siguiente gráfico, dedicado al número de ediciones y reediciones de títulos de Tolkien en castellano, demuestran que las publicaciones proliferan entre 2001 y 2002, fechas en las que aparecieron las adaptaciones cinematográficas. 2022 se revela como otro año clave debido al estreno de la serie Los Anillos de Poder:

Figura 2. Ediciones y reediciones en España y América Latina a lo largo de los años

Numerosos traductores han intervenido en el trasvase de las obras de Tolkien al castellano y, tal y como muestra la Figura 3, destacan algunos cuyo trabajo cuenta con un número mayor de ediciones y reimpresiones:

Figura 3. Traductores de la obra de Tolkien al castellano


3. Los traductores

A continuación, se repasa la trayectoria de los profesionales cuyas traducciones se han reeditado en un número mayor de ocasiones. Debido a que en los últimos años la editorial encarga el trasvase de las obras de Tolkien a Martin Simonson, también se le dedica una sección a este traductor.

3.1 Francisco Porrúa

Francisco Porrúa (1922-2014) nació en Corcubión, pero emigró con su familia a la Patagonia argentina en 1924. Estudió Filosofía y Letras, así como inglés, francés y alemán, en Buenos Aires. En 1954 fundó Ediciones Minotauro y como editor de Sudamericana tuvo un papel fundamental «porque por sus manos ha pasado la literatura del siglo XX que anticipó la modernidad todavía vigente en el XXI» (Fernández, 2013). Editó novelas como Cien años de soledad, de García Márquez, y Rayuela, de Cortázar. Además, fue uno de los precursores en publicar ciencia ficción en castellano y adoptaba los pseudónimos de Luis Domènech, Ricardo Gosseyn y Francisco Abelenda para firmar sus traducciones. Tras exiliarse en España en 1975, Porrúa obtuvo los derechos de las obras de Tolkien y llevó a cabo traducciones de seis obras de este autor, las cuales cuentan con aproximadamente 70 ediciones y reediciones hasta la fecha. En el catálogo de la BNE aparece como traductor o editor de 83 ediciones de distintos títulos, entre las que se incluyen los resultados que devuelve la búsqueda de sus pseudónimos.

3.2 Matilde Zagalsky

Matilde Zagalsky (1914-2008) nació en Buenos Aires. Consagró su vida a la traducción, un oficio que aprendió sola, «[l]eyendo y poniendo alma, que es la única capaz de percibir más allá de lo visible y lo audible» (Collera, 2007). En 1978 se trasladó a Barcelona para huir de la dictadura argentina. Por aquel entonces ya había alcanzado cierto prestigio con sus traducciones, que firmaba con el apellido de su marido, y las editoriales le encargaban el trasvase al castellano de obras de Bradbury, LeGuin o Baldwin. Zagalsky mantuvo una fructífera relación profesional con Porrúa, con quien colaboró en el trasvase de Las dos torres y El retorno del rey al castellano, unas traducciones editadas en más de 30 ocasiones hasta la fecha. Si bien le proporcionó una gran notoriedad, Tolkien no fue el autor que más disfrutó: «[d]ebería haber leído El Señor de los Anillos con 20 años y no con 60; a esa edad yo ya estaba de vuelta y muchas cosas me parecían falsificadas» (Collera, 2007).

Cuando su progresiva ceguera le impidió seguir traduciendo, se vio obligada a negociar para completar su pensión, pues Planeta quería las obras libres de derechos tras comprar Minotauro. Finalmente, gracias a la iniciativa de sus hijos y de CEDRO, el sello le liquidó los derechos devengados de sus traducciones hasta 2006: «[u]n reconocimiento tardío, sin duda, pero representativo de la precariedad en la que el traductor desarrolla su paciente e imprescindible labor» (Ehrenhaus, 2008). A pesar de todo, su trabajo en torno a 70 títulos de autores de gran relevancia se ha reconocido de forma póstuma con la reciente creación de un galardón que porta su nombre: el Premio Matilde Horne a la Mejor Traducción de Género Fantástico, organizado por Pórtico, la Asociación Española de Fantasía, Ciencia Ficción y Terror, junto con ACE Traductores. Además, el catálogo de la BNE recoge su participación como traductora en 57 ediciones de varias obras.

3.3 Manuel Figueroa

Figueroa es un reconocido traductor del género fantástico que firma el trasvase al castellano de títulos como El hombre en el castillo, de Philip K. Dick (Minotauro, 2011) y Soy leyenda, de Richard Matheson (Minotauro, 2020), así como de obras de Brian W. Aldiss. Su traducción de El Hobbit sigue imprimiéndose tras más de cuarenta años y unas 28 ediciones. En el catálogo de la BNE aparece como autor de una obra y se contabiliza su participación como traductor en 29 ediciones de distintos títulos.

3.4 Rubén Masera

El argentino Rubén Masera ha trabajado para editoriales como Paidós, Edhasa y Minotauro. Es uno de los traductores principales de Philip K. Dick al castellano y ha traducido seis títulos de Tolkien. Su trasvase de los «Apéndices» de El Señor de los Anillos cuenta con 17 ediciones. Asimismo, su traducción del Silmarillion se ha editado en unas 16 ocasiones hasta la fecha y su trabajo en torno a los Cuentos inconclusos, en 12. El catálogo de la BNE recoge su participación como traductor en 48 ediciones de varias obras.

3.5 Martin Simonson

Simonson nació en Gotemburgo (Suecia) en 1973. Estudió Psicología, Antropología y Escritura Creativa en la Universidad de Gotemburgo y Fridhems Folkhögskola. Más adelante, se trasladó a España, donde llevó a cabo una tesis sobre el género fantástico en El Señor de los Anillos. En la actualidad, imparte Literatura Inglesa Moderna en la Universidad del País Vasco y es investigador, novelista y traductor. Ha volcado al castellano los títulos de Tolkien publicados más recientemente, esto es, un total de cinco obras. También firma artículos y trabajos que versan sobre la obra del autor, por ejemplo, The Lord of the Rings and the Western Narrative Tradition (New Publisher, 2021). Simonson ha traducido aproximadamente 30 títulos desde el inglés, sueco y noruego, incluso si la BNE recoge su participación en únicamente 11 ediciones.


4. Conclusiones

A pesar de que los títulos de Tolkien se volcaron al castellano de forma más bien tardía —El Hobbit y El Señor de los Anillos vieron la luz casi treinta y veinte años, respectivamente, después que los originales—, las obras traducidas han cosechado un éxito que se ve reflejado en las más de 160 ediciones y en la ingente cantidad de reimpresiones que de ellas se han realizado, especialmente de El Hobbit y de los tres tomos de El Señor de los Anillos. A su vez, las ediciones más reeditadas y reimpresas son aquellas que van parejas al estreno de las adaptaciones audiovisuales, a saber, las aparecidas en 2012, en el caso de El Hobbit, y en 2002-2002, en el caso de la trilogía.

Respecto al trasvase al castellano, cabe señalar que este encuentra sus inicios en Argentina, donde vieron la luz las primeras ediciones, firmadas, además, por traductores latinoamericanos; no obstante, con la compra del sello de Porrúa por parte del Grupo Planeta en 2001, la producción se trasladó desde Buenos Aires hasta Barcelona, donde se lleva a cabo casi la totalidad de las impresiones en la actualidad. En cuando a la traducción de la obra de Tolkien en general, destaca la intervención de numerosos profesionales, procedentes tanto de España como de América Latina, quienes presentan perfiles notablemente distintos entre sí: mientras que las traducciones del Señor de los Anillos, El Hobbit, los relatos e Historia de la Tierra Media las llevaron a cabo traductores especializados en ciencia ficción a los que Tolkien no les despertaba demasiado interés (Porrúa y Zagalsky) o que no se han dedicado a la investigación en torno al autor (Masera, Figueroa, Gutiérrez Torres, etc.), Minotauro encarga la traducción de los volúmenes recientes a estudiosos de la obra de Tolkien, como es el caso de Simonson. Por otra parte, en el peculiar ejemplo de Las aventuras de Tom Bombadil participaron varios aficionados pertenecientes a diferentes ámbitos del saber. Asimismo, parece que la repercusión de los títulos viene acompañada de una canonización de las traducciones: solamente se ha retraducido Las cartas de Papá Noel, mientras que el resto de las ediciones reutilizan el trabajo de los traductores incluso más de cuarenta años después. En este sentido, cabría plantear una revisión de los textos que logre cierta homogeneidad terminológica, pues la intervención de tantas personas pone en riesgo la coherencia y cohesión. Además, los primeros profesionales no disponían de gran parte del material que Christopher Tolkien fue publicando a lo largo de los años; por ejemplo, no podían referirse a Historia de la Tierra Media, una fuente de consulta que resuelve numerosas dudas de índole lingüística. Es probable que el único documento de referencia al que tenían acceso fuese «The Nomenclature of The Lord of the Rings», elaborado por Tolkien para hacer frente al trasvase de los nombres inventados (Hammond y Scull, 2014: 751). También es de suponer que las estrategias adoptadas para abordar los nombres propios en la época de las primeras ediciones difieran de las que se emplearían en la actualidad; no obstante, tal vez uno de los motivos por los que siguen funcionando es que la domesticación, propia del período «antiguo», logra la aceptación por parte de un lector actual «[…] en teoría, mucho más habituado a leer novelas en las que predominan estrategias extranjerizantes» (Rodríguez-Espinosa, 2022: 195). Afirma Rodríguez Espinosa que los beneficios económicos que comporta la reimpresión de traducciones motivan que estos procedimientos sigan vigentes.

Por otra parte, se distinguen dos tendencias en la estrategia editorial seguida por el Grupo Planeta: en primer lugar, la prolífica aparición de nuevas ediciones en el periodo de 2001 a 2003 coincide con los estrenos de las adaptaciones audiovisuales, del mismo modo en que recientemente se están revitalizando los títulos del autor británico en el catálogo del sello gracias a la llegada de la serie Los Anillos de Poder en 2022. En segundo lugar, el drástico aumento de las ventas fomentado por las películas consolidó la posición de Tolkien en el mercado editorial español, pues las traducciones ven la luz, por lo general, tan solo unos meses después que el original. Este último aspecto supone un cambio de paradigma, ya que, como se ha podido observar, al comienzo las obras en castellano se editaban de manera bastante irregular.

Por último, cabe mencionar que el castellano es la única lengua aparte del francés a la que se han traducido todos los tomos de las colecciones Historia de la Tierra Media e Historia del Señor de los Anillos. No obstante, la figura de Tolkien parece gozar de una mayor relevancia en el ámbito francófono, ya que, como apunta Moreno Paz (2019: 132), estudiosos como Vincent Ferré han identificado varios problemas en el trasvase de los títulos del autor británico y, por ende, se ha iniciado una fase de retraducción y homogeneización de sus obras, mientras que la escasa investigación en torno a Tolkien en los países de habla hispana entraña un cierto desinterés por emprender un proyecto de naturaleza similar al que se lleva a cabo en Francia.

En el presente artículo se ha examinado la publicación de la producción literaria de J. R. R. Tolkien en España e América Latina con el fin de obtener una perspectiva certera de su acogida en este mercado editorial a lo largo de los años. Las conclusiones aquí plasmadas demuestran que a través de un estudio histórico de la traducción es posible arrojar luz sobre parcelas todavía inexploradas en el vasto campo de investigación que contempla la interacción entre literaturas. Así pues, este trabajo constituye una aportación a la todavía escasa bibliografía académica que versa sobre los estudios de recepción.


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